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María Santísima del Refugio

Previo a la celebración de la Junta General, en los primeros días de febrero de 1941, una comisión formada por el Hermano Mayor, Primer Teniente Hermano Mayor, Mayordomo y Secretario se desplaza a Sevilla con el propósito firme de la adquisición de la imagen, trasladándose a los talleres del escultor D. Antonio Infante Reina, autor del Señor de Pasión.

El Sr. Infante Reina vende a la Hermandad por el precio de 1.200 ptas. una imagen dolorosa que se encuentra en sus talleres, obra del escultor D. José Rivera según consta en el documento de pago.

Se elige como advocación para la nueva imagen la de María Santísima del Refugio, propuesta por D. Diego Díaz Hierro, habiéndose barajado otros posibles nombres como el de Ntra. Sra. del Loreto propuesto por D. Rafael Clares.

La devoción que despertó desde sus inicios queda reflejada en el apodo que se ganó nada más llegar a la ciudad. “La Virgen Bonita”, así la conocía la Huelva de la época antes incluso de ser bendecida. Da cuenta de ellos las páginas del Diario de Huelva del 8 de marzo de 1941, que decían lo siguiente:

“Mañana Viernes, antes de dar comienzo los solemnísimos actos del triduo, se bendecirán en la Mayor de San Pedro la preciosa imagen de nuestra señora del refugio, que con el pseudónimo de la virgen Bonita, empieza entre los entusiastas cofrades y devotos a conocerse (…) es tal la dulcísima expresión de angustia resignada, que en su bellísimo rostro hay un refugio maternal y consolador visible desde el feliz instante de postrarnos ante ella, como si respondiese a su gloriosa advocación”.

La virgen bonita, como así la llamaban en la ciudad, esperaba tras su bendición su primera salida procesional en el martes santo y lo haría en una jornada especial en el que se empieza a recuperar el esplendor de la Semana Santa. El 8 de abril de 1941, Martes Santo la Virgen del Refugio se muestra por vez primera a los onubenses y su divino rostro ilumina la devoción y el recogimiento de los pasionistas. Va bajo elegante y finísimo palio de encajes de plata sostenido por diez varales de orfebrería Seco, adquiridos a una Hermandad de Castilleja de la Cuesta, portando manto de terciopelo azul oscuro; la parihuela y peana son de Ángel Medina y los trabajos metálicos de Francisco González. El respiradero frontal luce el escudo de la Hermandad. La Virgen saldría en su primer palio, particularmente sujeto por 10 varales y exornado con multitud de flores blancas.

En el mes de febrero de 2009 y tras la restauración llevada a cabo en la imagen de la Virgen del Refugio por D. Francisco Arquillo Torres, esta se expone a la veneración de hermanos y devotos en Solemne Besamanos.

En principio se creía obra de su discípulo José Rivera García. No obstante en la restauración de la imagen se constató que la imagen de María era de mayor antigüedad, de finales del S. XVIII, correspondiendo a las características de la época en materia artística.

Refugio
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